Pasión.  Paciencia.  Perseverancia.

Logros

Empecé a soñar con ser tenista profesional cuando miraba la Copa Davis y veía las emociones de los equipos, del público y lo bueno, completo y divertido que era este deporte. Empecé a jugar al tenis a los 7 años. Desde que era niño, siempre me encantó ver a los mejores tenistas en la televisión, como Sampras, Agassi y Federer, quienes me inspiraron para convertirme en el jugador que soy hoy.

No soy de una familia adinerada. Sin embargo, empecé a entrenar duro en una instalación municipal cerca de Bruselas (Bélgica).  A los 10 años me convertí en el número uno de Bélgica de mi edad y un año más. A mis 12 años, mi familia y yo vinimos a Barcelona, España.  Con 21 años conseguí mi primer ranking ATP (profesional) y fui top 70 de España en la categoría Absolut.

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Conseguir lo que hice en este deporte significa para mí, aferrarme a ese sueño, no dejar el deporte que amo y hacer muchos sacrificios, desafíos y trabajo duro.

El tenis es una pasión que no todos entienden, no es solo un juego sino también una forma de huir de la pobreza, conecta a personas de todas partes, te enseña a trabajar en equipo, a respetar a las personas, las reglas y a las culturas, te enseña a conocerte a ti mismo, tus fortalezas, limitaciones, cómo superar diferentes situaciones y mucho más.

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Gracias a los entrenadores y coaches que tuve: Joel Figueras, Enrique Castilla, Sergi Barberan, Paula Cabezas y Carles Sanz.